Tierra cultivada en México disminuye 9.3% en seis años

Sequía, desinterés juvenil y falta de apoyo, factores claves del declive agrícola

Entre 2018 y 2024, la superficie sembrada y cosechada en México experimentó una disminución del 9.3 por ciento, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.

Esta caída es atribuida principalmente al abandono del campo por parte de las nuevas generaciones, quienes optan por otras opciones más rentables, dejando de lado la actividad agrícola. A este fenómeno se suman la migración, la sequía, el cambio de uso de suelo, los altos costos de insumos, los bajos precios que los productores reciben por sus cosechas, la escasez de apoyos gubernamentales y la falta de acceso a créditos, así como la intervención de intermediarios (conocidos como «coyotes»).

Actualmente, la mayoría de quienes trabajan en el campo son personas de edad avanzada que han sido testigos del desinterés de los jóvenes por continuar con el legado agrícola de sus familias. Como resultado, muchos agricultores prefieren arrendar o vender sus tierras, considerando que estas opciones resultan más rentables que continuar con la producción agrícola.

La región del Valle del Yaqui, en Sonora, es un claro ejemplo de los efectos de la sequía. La falta de agua ha afectado gravemente la producción agrícola, y muchos terrenos han dejado de sembrarse. La situación ha sido aprovechada por empresas, tanto nacionales como extranjeras, que, en ocasiones a través de prestanombres, se apoderan de grandes áreas de terreno para cultivar productos destinados a la exportación, obteniendo jugosas ganancias, mientras los pequeños productores luchan por sobrevivir.

En muchas zonas, los antiguos propietarios de tierras se ven obligados a trabajar como jornaleros para las grandes empresas agrícolas, percibiendo bajos salarios, generalmente por hora o por cantidad de producción, sin acceso a prestaciones como el Seguro Social.

Según datos oficiales, una de cada 10 personas en México trabaja en el campo, enfrentando jornadas laborales de más de ocho horas y obteniendo ingresos cercanos a los 250 pesos diarios en al menos la mitad de los casos.

Zonas de México más afectadas por sequía

Estados como Hidalgo, Baja California, Michoacán, Nayarit, Puebla, Tamaulipas, Jalisco y Zacatecas se enfrentan a la grave sequía que afecta sobre todo al norte del país, lo que ha generado un creciente desinterés por sembrar, especialmente granos básicos. En lugares como Chihuahua, grandes áreas de cultivo están abandonadas debido a la falta de agua, y en otras regiones, como en los valles de Tula y del Mezquital, los agricultores enfrentan constantes disputas por el acceso al agua residual que llega desde el Estado de México y la Ciudad de México a través del Túnel Emisor Central.

En estados como Michoacán y Zacatecas, la situación se agrava aún más debido a la presencia de grupos criminales que extorsionan a los agricultores, promueven el consumo de drogas entre los jornaleros, los reclutan y, en muchos casos, los obligan a abandonar sus tierras.

Ante este complejo panorama, los trabajadores del campo se quejan de la falta de liderazgo y de organizaciones que defiendan sus derechos, pues las agrupaciones combativas que luchaban por mejorar sus condiciones laborales y gestionar apoyos han desaparecido.

Recomendamos leer el especial del diario La Jornada donde se presentan reportajes basados en testimonios de los afectados y en datos oficiales para profundizar sobre esta crisis agrícola que afecta al país.

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