El pasado miércoles 29 de enero, la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, firmó la adhesión de México a la iniciativa internacional Mangrove Breakthrough, que busca proteger a los manglares, ecosistemas vitales en la lucha contra el cambio climático. El área que México estaría comprometiéndose a proteger abarca 905 mil hectáreas de manglares, ubicados en 17 entidades federativas.
Además de la protección a la biodiversidad que brindan estos ecosistemas, durante la inauguración del Taller Nacional para la Conservación de Manglares, Bárcena Ibarra destacó que los manglares sirven como refugio y hábitat para especies de moluscos, crustáceos y peces «con gran importancia comercial” para las personas.
La funcionaria enfatizó el papel que estas áreas naturales tienen como filtros de agua y barreras naturales contra desastres naturales, tales como el huracán Otis (2023), en Acapulco, que causó la muerte de 29 personas y pérdidas económicas por más de 3 mil 432 millones de dólares.
En cuanto al Plan Nacional de Restauración proyectado para remediar el daño a ecosistemas dañados en México, la titular de Semarnat explicó que este consistirá de tres etapas, con un enfoque en 300 sitios prioritarios. En el caso de los ecosistemas marinos, se trabajará específicamente en Nayarit, Sinaloa, Guerrero, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco, brindando especial atención a 17 mil hectáreas de la Zona Diamante de Acapulco, cuyo deterioro se debe principalmente al la construcción de grandes hoteles, zonas residenciales y complejos turísticos.
Importancia de los manglares contra el cambio climático
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), los manglares tienen hasta cinco veces mayor capacidad que los bosques terrestres para capturar el carbono de la atmósfera.
En su proceso de fotosíntesis, los manglares absorben dióxido de carbono (CO2) para convertirlo en oxígeno. El CO2 que no se transforma en oxígeno queda almacenado en el tronco, hojas, ramas y raíces de los mangles. El dióxido de carbono que almacenan las raíces se queda ahí capturado por miles de años en capas de sedimento llamadas turba.
Una hectárea saludable de este ecosistema es capaz de absorber, en promedio, 840 toneladas de carbono, o el gas que emiten a la atmósfera alrededor de mil 189 automóviles en un año.
México es el segundo país de Latinoamérica con mayor extensión de manglares y el cuarto a nivel mundial. Es el 36vo país o estado en avalar esta iniciativa, que pretende movilizar 4 mil millones de dólares para 2030 en la restauración y preservación de 15 millones de hectáreas de estos ecosistemas.
Como meta para México, Alicia Bárcena se comprometió a restaurar hasta el 30 por ciento de los manglares deteriorados para 2030.