El 21 de octubre inició en Cali, Colombia, la edición 16 de la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad de las Naciones Unidas (COP16). La cumbre reúne a 15 mil asistentes, entre ellos 12 jefes de estado y 103 ministros de medio ambiente, quienes durante dos semanas presentarán sus planes hacia los objetivos de preservación ambiental propuestos para 2030 ante la ONU.
La COP16 también discutirá el presupuesto con el que se trabaja y el papel de las comunidades indígenas para llevar estos planes a cabo.
Las partes responsables se reencuentran tras la última cumbre en Montreal, Canadá, en 2022, para presentar las Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (NBSAPs) que seguirán durante los próximos años.
El 80 por ciento de los países que participaron en la última cumbre de biodiversidad aún no han presentado sus NBSAPs. Con la apertura de la actual conferencia, Colombia se une al 20 por ciento de los países que ya han introducido sus planes para la biodiversidad.
“Allí hay una falla que tenemos que reconocer, y por eso es tan importante que se avance en el sistema de monitoreo para hacerle un seguimiento al cumplimiento a las metas que se han fijado”, explicó Manuel Rodríguez Becerra, exministro de medio ambiente de Colombia
Otro tema presente en las mesas de discusión de esta cumbre es el financiamiento asignado a cada país en busca de sus objetivos. Durante la anterior Conferencia de las Partes, países en desarrollo demandaron que se invirtiera más dinero en el cuidado de la naturaleza. Actualmente, el presupuesto mundial anual para este fin es de 25 miles de millones de dólares. La meta establecida en la pasada COP, descrita en el protocolo de Kunming-Montreal, es incrementar el presupuesto destinado a la protección de la biodiversidad, a 30 mil millones de dólares al año para 2030.
Protecciones locales que busca la COP16
El protocolo de Kunming-Montreal, firmado en la anterior COP15, resalta las contribuciones de los pueblos indígenas para el cuidado y gestión del medioambiente. El tratado también exige a los consignatarios asegurar la protección de los derechos de los pueblos indígenas en materia de defensa del hábitat, tema que algunos sectores consideran insuficiente. Es el caso de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), asamblea indígena de Colombia, quien considera insuficiente la influencia de los pueblos originarios sobre la toma de decisiones de las conferencias.
Un tema emergente en esta cumbre es la “bio-piratería”, o la apropiación no autorizada de conocimientos y recursos genéticos. La mayoría de quienes la practican buscan un beneficio comercial exclusivo a parte de su explotación. Así, los datos genéticos de especies nativas son patentados con el propósito de generar un monopolio en el mercado de estos recursos naturales. Durante la COP16 se estipula la creación de un tratado sobre la Información Genética de la Biodiversidad y Piratería Genética, el cuál sería el primer convenio en su tipo.
Latinoamérica, donde más se ha perdido biodiversidad
Según el informe «Planeta Vivo 2024», publicado por la WWF, América latina es la región mundial con las mayores pérdidas en biodiversidad. El reporte afirma que en estos territorios, las poblaciones de animales monitoreadas han disminuido en un 95%. Los ecosistemas de agua dulce en Latinoamérica son los más afectados, registrando pérdidas de biodiversidad del 85%, seguidos de los terrestres con un 69% y los marinos con 56%.