Un grupo de investigadores de la UNAM y la Semarnat publicó el descubrimiento de una nueva especie de reptil en el estado de Chiapas. Se trata de una lagartija del género Abronia, la cuál habita en las copas de los árboles, cerca de la comunidad de Coapilla.
Esta investigación fue conceptuada por el doctor Adam G. Clause, quién accedió a una entrevista telefónica con Remedia para hablar sobre sus descubrimiento. En esta, colaboraron también los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México el Doctor Israel Solano-Zavaleta y el doctor Adrián Nieto-Montes de Oca. Colaboró por parte de la Secretaría de Medio Ambiente del estado de Chiapas, el Biólogo Roberto Luna Reyes. Y Oscar M. Mendoza-Velázquez, quién se unió a la investigación mientras estudiaba la licenciatura para la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
La investigación comenzó en 2015, cuando los locales de la comunidad de Coapilla fotografiaron varias lagartijas cuya especie no podían identificar. Estas fotografías llegaron al doctor Clase, quién identificó que podría tratarse de una nueva especie. “Las fotos fueron tomadas en un sitio dónde no hay registro de abronias, y su coloración era diferente”, explicó el doctor.

La investigación comenzó en el año 2015 con un sondeo del área. Los primeros ejemplares fueron encontrados seis años después, en el año 2021. En las cinco visitas a la zona donde ronda esta elusiva abronia sólo fueron confirmados cinco ejemplares. Para buscarlas se formaban equipos de hasta ocho personas.
Esta especie vive en las copas de los árboles, principalmente entre robles y pinos. Para observarla, los investigadores tuvieron que trepar hasta 20 metros usando cuerdas.
Bautizada como Abronia cunemica, esta especie es endémica de esta región. Los científicos determinaron que es una especie de poco movimiento, ya que se encontró dos veces a la misma hembra. En dos visitas diferentes, la lagartija se había movido únicamente de la copa de un árbol a otro, una distancia de aproximadamente 10 metros. Se descubrió también que esta especie se alimenta de invertebrados, aunque aún se están haciendo estudios sobre su dieta.
Sus descubridores encontraron que el periodo de esta especie ocurre durante el verano. Este fortuito descubrimiento ocurrió cuando el doctor Clause encontró dos ejemplares apareándose en la tierra.
- “Comencé a saltar arriba y abajo y a gritar. Es raro encontrar ejemplares, y encontrarlos apareándose es raro sobre lo raro” explicó el investigador Adam Clause. “Después, yo y otros dos colegas logramos atraparlas. Fue el trabajo de un equipo que colaboró muy bien”.
El coautor más jóven de esta investigación es Oscar M. Mendoza-Velázquez. El entonces estudiante de licenciatura se encontraba trabajando en un programa de reforestación cuando avistó otro ejemplar de esta lagartija. Esto ocurrió cinco meses después de que se encontrara a la pareja reproductiva. Más tarde, el joven se integró de lleno al equipo.
La genética de estas lagartijas fue analizada por el doctor Adrián Nieto Montes de Oca. Con ello se pudo comprobar molecularmente las diferencias con otras abronias, confirmando que se trataba de una nueva especie.
“Fué increíble trabajar con tanta gente que le interesa mucho trabajar con reptiles” -Dr. Adam G. Clause.
Quienes dirigieron este estudio propusieron ingresar a la Abronia cunemica a la lista de animales en peligro de extinción. Esto se debe a que esta especie habita un área reducida en el estado de Chiapas. “Queremos darle un nombre, para despertar el interés y para proteger a esta lagartija y a su hábitat” declaró el Dr. Clause. La Abronia cunemica no ha sido avistada en áreas naturales protegidas por el gobierno Federal. Sin embargo, los residentes de Coapilla han designado varias parcelas del bosque para su protección. De la misma forma, se especula que la A. Cunemica también podría habitar el Parque Ecoturístico Laguna Verde.
La publicación sobre el descubrimiento de la A. Cunemica puede encontrarse de forma gratuita, tanto en inglés cómo en español, en el siguiente enlace.